Me has llamado terca, y he reunido mi desnudez y mi vergüenza para que las explores con libertad. No me has dado el carácter de lo indescifrable; por eso mi mirada te busca, transparente y abierta hasta lo más profundo de sí misma. Extraje de raíz la memoria de todo lo amado y de todo lo sufrido, y, aun saturada de silencios, te la ofrecí. Examiné mi corazón, y es tuyo. Sálvalo.
Leyddy Dhianna Reynoso Caraballo.
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