
Si nos revelamos
en los cauces
y nos dejamos ver
en su mirada indefectible
una aguja de agua nos
traspasará el rostro.
Una jerga de hambre
y voces junto a la orilla
frente a nuestros
ojos impávidos y sedientos nos
devolverá la luz artificial
de las calderas, el sucio
murmullo de los grillos
en las plazas, el sexo y la risa
que se inhala en las esquinas,
el verdor de los bosques
de otoño en primavera,
mas, no volverá la transparencia
que en días de nubes habitamos
ni el tiempo suicida
que al amarnos desnudaba deprisa
nuestros cuerpos.
Jolie. Todos Los Derechos Reservados.